vividos, viajados o sencillamente imaginados






domingo, 6 de abril de 2014

la calle eterna





"Se quedaba un instante en el umbral, mirando hacia arriba, a derecha, a izquierda, como indeciso respecto al tiempo y la dirección que seguir. Por fin echaba a andar...
¿A dónde iba? A pasear, a callejear por aquí y por allá, aparentemente sin rumbo fijo.
Alto, grueso, con sombrero flexible, guantes amarillos... De vez en cuando se tenía la sorpresa de verlo parado, frente al escaparate de algún comercio de Vía Manzinni y de Vía Saraceno, mirando, atento, por encima del hombro de quien estaba delante".


Giorgio Bassani, La novela de Ferrara.







Yo lo encontré, mirándome de frente, en la plaza del mercado, guardíán de bicicletas





sábado, 15 de marzo de 2014

evidencias



Es el regalo del amado a la amada. 
Allí, en el templo profano, hoy parecen negar para quién fue construido.
Los relieves de sus naves no dicen lo mismo.


(Templo Malatestiano. Rímini) 


sábado, 30 de junio de 2012

el guiño





Fernando. Ni siquiera la tienda de máscaras donde Stanley Kubrick encargó las de Eye Wild Shut. Fue este escaparate que me hizo acordarme de tí. Al buscar las imágenes para la entrada anterior volví a verla. Tras leer  tu comentario no he tenido más remedio que reconocer este recuerdo y este guiño mientras disparaba.



jueves, 28 de junio de 2012

piedra, papel...






Este verano no hay Venecia posible. 
A diferencia de otros, no hay, tampoco, despedida con libros. 
Bien pensado, tampoco hubo desayuno con diamantes. 
Pero esto me daba un poco lo mismo: me han gustado  más los papeles que los pedruscos.
Ahora bien, tijeras, de momento, no habrá, más que nada porque aún no he aprendido a cortar el agua...
y porque mi Venecia siempre ha sido sin tí.




domingo, 20 de mayo de 2012

corazón



El corazón de Navarra es Pamplona, y el corazón de Pamplona, su cuarto de estar ( corazón del hogar de cada uno) como los pamplonicas le llaman, es la Plaza del Castillo. Una novela de este nombre anticipa el mosaico que será años después, después de la guerra, La Colmena de Camilo José Cela. La novela (episodios subjetivos y marcada tendencia ideológica aparte) sitúa en la plaza el caleidoscopio de España en los días inemdiatamente anteriores al inicio de la Guerra Civil, los Sanfermines de 1936, en un dibujo excepcional.


Algunas de las cosas que se dicen en la novela se reproducen hoy en palabras similares. Hace unas semanas, en uno de los tantos y encantadores bares de la ciudad pegué oreja al grupo de ya talluditos jugadores de mus que tenía al lado. Hacían, como hacemos tantos españoles, política de salón, tema dilecto en las tertulias de bar. Diseccionaban desde la sabiduría de los años el decaimiento de la moral. Y uno repuso -Oye, que aquí se quiere mucho al Moreno. -Sí sí, pero en fiestas, que está solo el resto del año.

Bajo el manto del santo todas las pamplonas se estrechan, superponen, funden. Es el sueño de una semana de verano, tal vez. Sin embargo he visto la plaza con su esencia y sin castillo, como un atemporal diorama para forasteros. Y he sentido la eterna presencia de San Fermín en el corazón de su casa.





"La plaza del Castillo, por puro atavismo climatológico, había regresado al mes de noviembre. Las tormentas trajeron el temporal y el Cantábrico, tan cercano y amigote, salpicó la costa con una helada energía de invierno que en definitiva pagaban los futuros espectadores de la corrida del Comercio. Escasamente húmeda, aparatosamente fría y unánimemente desapacible, la plaza del Castillo ofrecía a los habitantes de Pamplona la grata delicia de sus antiguos y nobles cafés, la calurosa urgencia de sus bares más recientes, la térmica tertulia de los casinos.

... Leía en la plaza la historia de su tierra... pensaba que si con arreglo a una excelente definición, hombre culto no es aquel que mucho sabe de muchas cosas, sino más bien el que ha encontrado, para sí y para los suyos, un haz de soluciones a los terminantes y eternos problemas de la existencia, la plaza del Castillo era un aula clara de cultura, una viva lección de humanismo".


Rafael García Serrano, La plaza del castillo

lunes, 26 de marzo de 2012

las calles de tabucchi




"Escriba un artículo sobre el alma, todos lo necesitamos".

Antonio Tabucchi, Sostiene Pereira: una declaración







Estas calles del Barrio Alto tienen tan arraigada la prensa que hasta alguna lleva nombre de periódico. No han debido cambiar mucho, aunque la palabra república en aquellas fechas no se prodigaba por las paredes.

Son las que pateó Pereira, con la columna cultural medio escondida, sin llegar a doblarla, porque Pereira cumplió finalmente con lo que le pedía el doctor Cardoso: "Escriba un artículo sobre el alma, todos lo necesitamos".

Estas calles de Pereira antes las caminó Pessoa, luego las ha recorrido Tabucchi, casi hasta ayer mismo.




lunes, 19 de marzo de 2012

¡viva la Pepa!



Viva la Pepa acabó siendo una lectura maliciosa de la alegría que trajo la Constitución de 1812: el todo vale, la irresponsabilidad, la desidia, el desinterés y el aquí me las den todas. Los españoles, que ciertamente somos dados a la fiesta y a las efusiones públicas, esta vez tuvieron una buena excusa. La española le plantó cara al francés; así que Pepa de Cádiz le habló de tú a Pepe Botella y le partió la constitucional bayoneta, aunque ahí el hermano mantuviera presos al rey cesante y al rey aspirante.


Pero eso dio lo mismo. Luego vendrían días de vivas sin argumento, y también penas hijas de su defensa. Tuvo que pasar mucho tiempo para que el trágala acabase en buena digestión y le quedasen borradas a la Pepa sus tres primeras palabras.

Hoy tenía previsto estar en Cádiz, no ha podido ser.


"Art. 6. El amor de la Patria es una de las principales obligaciones de todos los españoles y, asimismo, el ser justos y benéficos".

Constitución española de 1812,
promulgada por las Cortes Generales de España
el 19 de marzo de 1812 en Cádiz





jueves, 16 de febrero de 2012

dije malos escritores...



Hace unas cuantas entradas hablaba de los malos escritores a propósito de unas líneas sobre (no iba por él, por supuesto) Ruano , aquel que sedujo a Venecia.

El tema de escribir ha llegado a tal punto que se ha convertido en un artículo de consumo más. No se trata de la calidad de lo que se escribe, se trata de escribir más. De cuando se olvida el valor de una frase bien dicha, de cuando se olvida el valor de un trabajo que el pudor impide mostrar hasta que esté bien pulido, rematado, y aun a sabiendas de que algún ángulo ha quedado por limar. Escribir por escribir, porque las palabras van al peso y la sopa gusta con muchas letras, aunque no tenga sustancia el caldo y se sirva a ritmo de churros.

Ya lo decía el austero Fernando Aramburu, el que deja pasar entre libro y libro mucho tiempo, porque sabe sin saberlo que el poso de sus libros no lo borran los años. Mejor saborear que devorar. Y siempre, siempre, por si hay duda, primero leer, mucho leer, luego escribir, no importa cuanto. Baudelaire sólo con el Albatros tuvo suficiente para pasar a la posteridad de las letras y de la modernidad.

Los fuegos con limón del Aramburu que Victoria me descubrió se convirtieron en serios juegos con fuego, donde los limones acabaron siendo naranjas dulciamargas. Porque como se dice en la presentación del libro

"comprenderá que nada importa tanto como una página bien escrita y que el viejo sueño de hacer arte de la vida, y vida del arte, siempre termina malparado ante la terca torpeza de la miseria cotidiana".
Fernando Aramburu, Fuegos con limón



El paisaje de fondo, como tantas veces, Aranjuez.


viernes, 10 de febrero de 2012

vaga felicidad









De Pontevedra a San Andrés de Louza y a la quinta del Tejo, es una jornada recreativa más bien que un viaje. Atravesé la ría en una lancha alquilada en Pontevedra: desembarqué en la opuesta orilla, y me resolví a andar a pie cosa de un cuarto de legua por la comarca más pintoresca que soñarse puede. Desde la playa, cuya arena finísima y plateada conserva la huella del pie, y que rodean grandes matas de aloes en flor, hasta los senderos cuajados de madreselva y los campos de maíz que susurraban al soplo del viento, todo me pareció un oasis, y mi espíritu se inundó de esa vaga felicidad que en la juventud nace de la excitación de los sentidos y de una especie de presentimiento inexplicable, nuncio del porvenir: presentimiento que sin augurarnos sucesos felices, nos alboroza como si en efecto hubiesen de serlo.

Emilia Pardo Bazán, Una cristiana






domingo, 5 de febrero de 2012

escrito en el paisaje (ii) idiomas

¿cómo se dice cerveza en griego?








la adivinanza es difícil, la respuesta imprevisible, el chiste...


miércoles, 25 de enero de 2012

la paciencia







Tenía un asunto pendiente con ese castillo que apunta su proa a la costa y se atreve a desafiar al mar, tal vez porque las aguas asusten e intimiden menos desde esa altura en que parecen llanuras de estaño. Aunque después de tantos siglos allí encaramado lo más probable es que haya terminado entablando amistad con la roca y el horizonte, harto de tanto asedio, sed y viento, de que tanto hijo de ibero y romano, moro o cristiano le recorran las venas, antes de que franceses de tantas generaciones vengan a patearle las tripas. Tenía que rendir mis honores a este desgastado santo Job que hoy en su atalaya chumbera no está sino a verlas y verlos venir, restauradores, curiosos o turistas bienintencionados, lo que es una al fin y al cabo, por mucho que piense que visitar al enfermo es una obra de caridad.




domingo, 15 de enero de 2012

... y el principio del fin





Me gusta menos que el de Arquímedes o el de Pascal, en los que al menos algo flota o se desplaza ante tamaña presión, pero no desaparece ni se hunde. El principio del fin no es tan frío, pero sí más lapidario y solemne, vamos, lo que diferencia la física de la metafísica. Tan serio que nadie osa decir que el principio del fin es la efe, porque con estos principios del fin, a los que no se les ve el cómo del final, no/se/bromea.





sábado, 31 de diciembre de 2011

lo que queda del año







Inevitable en el último de los trescientos sesenta y cinco días. Así hice uno de los tránsitos tiempo ha, una noche como ésta, con la música de The Doors y los fuegos artificiales de Apocalipsis Now.



This is the end, beautiful friend
This is the end, my only friend
The end of our elaborate plans
The end of everything that stands
The end

No safety or surprise
The end
I'll never look into your eyes again

Can you picture what will be
So limitless and free
Desperately in need of some stranger's hand
In a desperate land

Lost in a Roman wilderness of pain
And all the children are insane
All the children are insane
Waiting for the summer rain
There's danger on the edge of town
Ride the King's highway
Weird scenes inside the gold mine
Ride the highway West, baby

Ride the snake
Ride the snake
To the lake
To the lake

The ancient lake, baby
The snake is long
Seven miles
Ride the snake

He's old
And his skin is cold
The West is the best
The West is the best
Get here and we'll do the rest

The blue bus is calling us
The blue bus is calling us
Driver, where are you taking us?

The killer awoke before dawn
He put his boots on
He took a face from the ancient gallery
And he walked on down the hall

He went into the room where his sister lived
And then he paid a visit to his brother
And then he walked on down the hall
And he came to a door
And he looked inside
Father
Yes son?
I want to kill you
Mother, I want to. . .

C'mon baby, take a chance with us
C'mon baby, take a chance with us
C'mon baby, take a chance with us
And meet me at the back of the blue bus

This is the end, beautiful friend
This is the end, my only friend
The end

It hurts to set you free
But you'll never follow me

The end of laughter and soft lies
The end of nights we tried to die

This is the end.

viernes, 25 de noviembre de 2011

los ojos de un castellano





No había Example,
ni Senyor Esteve,
ni posada del Senyor Parellada,
ni prodigios entre expos,
ni ruiseñores entre gatos de cuatro en cuatro,
ni Barça,
ni señoritas en la calle Avignon,
ni colón de piedra,
ni hotel Colón,
ni conde borbón,
ni ramblas alicatadas,
ni olimpiadas,
ni Gaudí,
ni rumba,
ni maquinavajas,
ni tres-plazas de toros-tres,
ni Marsé.




Y aun así.




"No se descuidaron de darse priesa, de modo que llegaron a Barcelona poco antes de que el sol se pusiese.
Admiróles el hermoso sitio de la ciudad, y la estimaron por flor de las bellas ciudades del mundo, honra de España, temor y espanto de los circunvecinos y apartados enemigos, regalo y delicia de sus moradores, amparo de los extranjeros, escuela de la caballería, ejemplo de lealtad y satisfacción de todo aquello que de una grande y famosa, rica y bien fundada ciudad puede pedir un discreto y curioso deseo".

Miguel de Cervantes, Las dos doncellas




lunes, 31 de octubre de 2011

luna de noche de ánimas

















Todo está escrito






jueves, 29 de septiembre de 2011

los malos escritores







"Regresé a Venecia y fui al hotel en una de esas prodigiosas góndolas, cuya belleza no han logrado desacreditar ni siquiera la conjunción y conjuración de todos los malos escritores del mundo entero.


Canal Piccolo y Canal Grande, Canal della Giudecca y de San Marcos, perfiles de la isla San Giorgio Maggiore y pequeños canales de nombres perdidos... canales, puentes y callecitas, palacios y aguas muertas, canciones adormitadas en las noches tibias y humedad, ¡qué difícil me era deciros adiós!"



César González-Ruano, Memorias: mi medio siglo se confiesa a medias









Esos malos escritores o narradores tuvieron la culpa de que antes de que viese Venecia por primera vez no me acompañase una gran ilusión. La golosina de Florencia que llegaría días después absorbía mis deseos. A ellos se lo debo agradecer, no hubo decepción alguna ante un lugar que ya creía conocer por tan contado y enseñado, aparente víctima del tópico. Quedé atrapada, incluso temiendo compartir el juicio unánime de admiración que los estudiantes que éramos entonces confundíamos con la vulgaridad.







Desde entonces sólo recuerdo haber escuchado a una persona hablar mal de Venecia. Ha sido en Marco Polo, mientras facturábamos, a la vuelta de la última estancia.

-Hijo, te ha gustado Venecia ¿verdad?

-No.

-Habíamos preparado el viaje para tí...

-Bah, bah. He acabado harto de tanto andar y subir y bajar escaleras.


domingo, 4 de septiembre de 2011

luz de madre





La conciencia de pertenecer a una cultura, a una tradición, cara a cara con nuestros ancestros. Como en aquella película, Mediterráneo, "un mismo mar, todos hermanos". Hijos de la madre que nos dio a luz y la luz , que nos empeñamos en olvidar aunque en ello nos vaya la identidad.









"Dos semanas en el mar y parece como si un telón hubiera caído sobre el pasado reciente. Grecia se ha incorporado a la fuente de la experiencia. Algo me ha ocurrido allí, pero ahora no me es posible expresar con claridad qué ha sido (...) Grecia se desvanece con rapidez; está muriendo ante mis ojos. Lo último que ha desaparecido es la luz, la luz sobre las colinas, esa luz que nunca antes había visto y que tal vez no sería capaz de imaginar de no haberla visto con mis propios ojos. ¡La luz increíble del Ática! Si no retuviera más que su recuerdo ya sería bastante. Esa luz, para mí, representa la culminación de mis propios deseos y experiencias. He visto en ella la llama de mi propia vida, consumiéndose en la llama del mundo. Todo parecía quemarse hasta la ceniza, y la misma ceniza se ha esparcido y dispersado por los aires. No veo qué más que esta experiencia pueden ofrecer otros países y otros paisajes. No sólo te sientes integrado armónicamente con la vida, sino que caes en el silencio".






Henry Miller, Cartas a Anaïs Nin

miércoles, 24 de agosto de 2011

magia imaginada













Sentirse como Corto Maltés, avistando la Giudecca a babor, antes de adentrarse en la aventura del laberinto de puentes y espejos, en la aventura de la laguna del alma.






"No es la primera vez que vengo a Venecia. Es ya la tercera. Estoy aquí por un apuesta. (...) Yo busco una esmeralda antigua, mágica.


-¿Mágica? ¿Usted cree en la magia? Ah, Corto, la auténtica magia es el amor y la armonía. ¿Pero qué amor y qué armonía? El amor a la belleza eterna y la armonía que abraza al Universo. Cuanto más grande y profunda es un alma más tiempo necesita para conocerse. Conseguir conocerse sin la sombra de una duda es más importante que toda la magia".










"En Venecia hay tres lugares mágicos y secretos: cuando los venecianos se cansan de las autoridades, van a esos lugares secretos y, tras abrir las puertas al fondo de esos patios, se van para siempre hacia países maravillosos y hacia otras historias".






Hugo Pratt, Fábula de Venecia








domingo, 31 de julio de 2011

fuera de mapa (XIII) Luis Eduardo Aute






"El mar es más que un paisaje,

también es un sentimiento,

es un corazón que late

negándose a seguir muerto;

no rinde más obediencia

que la que exigen los vientos,

no lo sujetan cadenas

ni se detiene ante el fuego".




Luis Eduardo Aute, A por el mar




miércoles, 20 de julio de 2011

el loro


Hay loros que han hecho nombre, loros inmortales: el lorito real, el loro que provoca la viudez de Fermina Daza (cuenta García Márquez) y este loro Ravachol.

Me dice una amiga que el hijo de Torrente Ballester le confirmó que el loro de "La Saga fuga de JB" era una "resurrección" del famoso loro de Pontevedra, a cuyo entierro en 1913 acudió media ciudad, hoy verdadero rey del entroido. Ambos loros al servicio de su amo farmacéutico, ambos porteros de botica.






"Don Perfecto Reboiras era propietario de un loro y de una botica (...) La botica había sido fundada en 1849, y, entonces, el loro ya estaba allí y era ya viejo. Sobre la ancianidad del loro corrían varias leyendas. El loro, a veces, sobre todo en las noches oscuras del estío, dejaba escapar frases en gallego medieval, frases guerreras de aliento, órdenes de ataque y de defensa; otras veces se dirigía a personas desconocidas u olvidadas: las llamaba por su nombre y les preguntaba por su salud y por su fortuna. Se decía que la inmensa memoria del loro de Reboiras había almacenado los recuerdos de la ciudad desde su fundación (...) Se decía también que el loro de Clotilde Barallobre, que hablaba en latín y al que llamaba su dueña Obispo no era más que una copia sin valor, verdadero pastiche del de Reboiras. El cual se columpiaba en su percha junto a la jamba de la puerta los días de sol, o en su rincón de la tienda los de lluvia, y avisaba a su amo: "Perfecto, tienes clientes", o bien, cuando a las chicas del Pasaje de la Violada les tocaba inyectarse su Neosalvarsán primaveral, gritaba: "Perfecto, las putas", y si hacía sol, decía chicoleos, y, si viento, las insultaba".


Gonzalo Torrente Ballester, La saga-fuga de J. B.

sábado, 18 de junio de 2011

el lenguaje de las piedras










Hay algo del sueño de la muerte y de la tierra de nadie en las percepciones de la ciudad; entre lo ausente y lo etéreo, como si la sustancia de Florencia quedase borrada por el impacto de lo que entra por los ojos y apenas pudiese hallar un refugio en los olores o en los sonidos que no son.






"Pasé todo el día de ayer sumido en una especie de preocupación sombría e histórica... Al salir de San Lorenzo, vagabundeé sin rumbo por las calles; observaba, en mi emoción muda y profunda (con los ojos muy abiertos y sin poder hablar), esos palacios contruidos hacia 1300 por mercaderes de Florencia: son fortalezas. (...)

Me sentía feliz por no conocer a nadie y por no temer verme obligado a hablar. Esta arquitectura de la Edad Media se ha apropiado de toda mi alma: creo vivir con Dante. Hoy no me han asaltado ni diez pensamientos que no haya podido traducir con un verso de ese gran hombre. (...)

¡Qué bien se ve, debido a la forma sólida de estos palacios construidos con enormes bloques de piedra que han conservado sin tallar el lado que da a la calle, que a menudo el peligro ha circulado por esas calles! Es la ausencia de peligro en las calles lo que nos hace tan pequeños".



Sthendal, El síndrome del viajero. Diario de Florencia.








domingo, 5 de junio de 2011

príncipe



Fue en septiembre de 2009. Aquí lo conté. Conté parte de aquellas impresiones. Otra, que ahora recuerdo bajo el supuesto título de "teloneros" quedó entre mis notas.



Aquel día no hubo teloneros propiamente dichos, pero el público contribuyó a llenar el rato que quedaba para el inicio del concierto desde el momento en que nos pusimos a la cola. Allí, como en una Annie Hall de los madriles, un trío de jóvenes se explayaba sobre el arte. La estudiante de bellas artes, la de arquitectura y el músico. Mostraban al mundo voz en cuello lo bien que habían elegido sus carreras y encauzado su vida:


-Pues nada, no sabes cómo me va a venir para el concierto el inglés de la Erasmus. No sólo aprendí a dibujar.

-Dibujar, eso sí que mola. Si yo supiese dibujar. Pero es que hay que pasar muchas horas haciendo rayas con un palo en la tierra-. Soltado con mucha seriedad y admiración por el chico (vamos, como lo de Karate Kid, me dije).

- Más difícil tú, que eres músico., Si yo supiese tocar, eso... eso...

- Bueno, no es difícil, yo no toco, sólo dejo que la música fluya.

- ¿Y que sientes cuando tocas la batería?... ( intervino la tercera).




Avanzó la fila. Ellos, tan curtidos en viajes, y estudios, y... llegamos al control.



-Señorita: me puede enseñar el bolso.

- Ah, ¿y eso? ... si ésto es un concierto (por eso mismo: ¿o es que sólo has ido a verbenas y fiestas al aire libre?).





Entramos. Y continuó el espectáculo en el nuevo vecindario, ya sentados. Mujer de unos cuarenta y...





-Tiene su gracia que hace veinticinco años estuviese viendo a Leonard Cohen. Quién me iba a decir que volvería a verlo 25 años después (hasta aquí sin problemas, un comentario de lo más lógico y envidiable). Tú entonces no habías nacido.


Su amigo joven (yo creía que era su hijo, pero no, los tenía al lado y no):

-Jo, qué pasada, ¿no? Es como si yo viese a "los Siniestro" dentro de un montón de años.











Lo dicho, como sacados de una peli de Woody Allen. Sólo un minuto después empezó el concierto. Creo que me estoy haciendo mayor. Sinceramente, rogé para mis adentros que Leonard Cohen comenzase diciendo aquello tan vigente y tan bien expresado por el amigo Fernando "Pero qué público más tonto tengo". Aunque bien pensado, la mayoría del público no se lo merecía.
















Sirva este preámbulo para expresar mi alegría por el último flamante Príncipe de Asturias de las Letras. Algún día los Siniestro... aunque dice el tópico que gallegos y asturianos... Será por ésto.









Recordad que aún Dylan espera el Nobel de Literatura. Si me preguntan y sin que me pregunten: no tengo duda, no hay color. Leonard Cohen además de poeta, artista y artesano es también discreción y coherencia: no parece que el oportunismo sea su fuerte. ¿Quién le propuso para el Premio?