vividos, viajados o sencillamente imaginados






martes, 25 de mayo de 2010

el tren del embrujo





Da juego la imagen. Más de un día de cerveza sin rosas cruzado por la conversación inevitable: los vagones del viaje de nuestras vidas en el disfraz de una entrega de La Codorniz, aquella ocasión en que la revista se hizo túnel. Un tren entra al túnel por la portada. Y transcurren las hojas de negro inmaculado. Por la contraportada sale del túnel el tren.
No hemos olvidado a dónde vamos, dime que no. Dime que no, más ahora que acabo de enterarme de que el curioso número no es que no viese la luz, es que nunca existió.

martes, 18 de mayo de 2010

placeres desconocidos

"To the centre of the city where all roads meet, waiting for you,
To the depths of the ocean where all hopes sank, searching for you,
I was moving through the silence without motion, waiting for you,
In a room with a window in the corner I found truth"

Joy Division, Shadowplay




"¿Era eso? Yo era feliz. Nunca quise que ésto acabase así. Cuando estoy en la cima, cantando, ellos no entienden lo que doy, lo que me afecta. Ahora quieren más. Ellos esperan que dé más de mí. Y yo no sé si pueden irse conmigo, pero sí con alguien que finge ser yo, alguien vestido con mi piel. Y ahora vamos a América. Perdí el control. No sé qué hacer".



(monólogo de la película Control, de Anton Corbijn)



Los placeres desconocidos pueden esconderse en la esperanza nunca perdida. Sobre blanco y negro Joy Division lanzaban un hilo verde en una de sus portadas, tal vez de muerte más que de esperanza: como los aparentes contrastes entre el nombre del grupo (las muchachas reclutadas para el amor en la guerra) y la vida y muerte de Ian Curtis. Las pasiones son conocidas, los placeres no. Pasión o placer ¿cuál nos hace, impulsa a vivir?





(Hace 30 años -18 de mayo de 1980- que Ian Curtis desapareció del mapa, del paisaje conocido. Ahora vive en la memoria.)

sábado, 8 de mayo de 2010

no hay ganas







No hay ganas de alcanzar el Finisterre, sería el fin del viaje. Ni siquiera de asomarse sobre una Santiago imponente. Prefiero imaginar la llegada desde el Monte del Gozo, allí donde el gozo lo esconde una venera. El camino tiene sus escaladas, sus cuestas que cuestan con gusto porque sorprenden con la amenidad del paisaje de curvas y ascensos. Son momentos duros que quedan distraídos con la naturaleza como cómplice. Es de verdad el camino difícil cuando la inmensidad de la raya polvorienta se diluye perpendicular en la línea del horizonte imposible. Y ahí la llanura, sin altibajos, nos enseña sin pudor la huella de cada paso, igual al anterior, anunciando el siguiente, inevitablemente previsible. Donde no existe la sorpresa, el ahorro de los disgustos lo gasta la ausencia de emoción. La naturaleza, sabia como nunca, juega al despiste. La toponimia se nutre de polvazares, de fuentes en las que no se pueden lavar los trapos sucios, de ríos que sólo quieren que se crucen. No hay medidas que tomar porque el geógrafo ha borrado la escala del mapa. El camino tiene su meta pero, dejémonos de tonterías, que la meta es el mismo camino. Y se le pide al camino que dure otros veinte años, y más, y que al menos nos oriente con sus ráfagas de plata, con su lluvia láctea, y a sus pies, como danae inmaculada, se pueda mantener la ilusión. Porque este camino no se permite el espejismo, aunque deje que esa danae ante la lluvia y aquella venus con su concha se mimeticen en su disfraz peregrino, donde la higa al cuello no sólo ahuyenta los males, sino que apoyada en los labios alimenta. No se busca Finisterre, para qué engañarnos, porque ahora sí, el paso siguiente será distinto, sin suelo para plantarse. La montaña confunde, la meseta aletarga, el mar no miente. Y prefieres ahogarte en la pequeña muerte de cada recodo y dar un traspié en llano. Cualquier cosa (sí, cosa, muchas cosas) antes que diluirte en el inicio de un océano.








comentarios

Tengo la impresión de que algún comentario vuestro no me ha llegado. No hay más filtro que los spamsmos virulentos que realmente consiguen alterarme. Con lo cual, si lo que habéis tenido a bien decirme no aparece en su lugar, SUPLICO que no me indiquéis dónde se ha escondido (qué sabe nadie); simplemente, que me lo volváis a decir.

lunes, 3 de mayo de 2010

iggy pop, peligrosa belleza

E irresistible. Y atemporal. No sé muy bien cómo decir lo que quiero decir, porque va a sonar a tópico: que todo lo que se cuenta que Iggy Pop hace lo hace; que se adelantó a toda una época que a algunos aún nos tiene ensimismados; que no tiene la presencia de un estúpido, y que no se adorna tan bien como los Rolling o Mr. Bowie (me refiero al negocio). A su vista alguno todavía se atraganta. Incorrecto, tan simpático como rayano en lo grosero, de una obscenidad magnética. Mis fotos (cerré la cámara pronto, qué difícil, me rendí) no dicen nada de lo que ví, una belleza animal y salvaje, de esa belleza que sólo con mucha suerte se te cruza una vez por la calle de la vida. Fue puro poderío (admitidme esta libre traducción de raw power): el escenario austero, él mismo el espectáculo, la voz... mejor que nunca. Sus títeres, sus stooges a la espalda dieron la nota exacta. Ahora se los entiende, ahora que la fantasía del mundo feliz que la progresía insiste en vender está definitivamente agotada. Lástima que cerrases el teatrillo pronto, titiritero.































Remito, también por delante y por detrás, a las fotos maravillosas de Annie Leibowitz.



Ahí dejo The passenger para la evocación (de su obra en solitario, no sonó el viernes)









y Gimme danger (ilustrada con galería de fotos). Lo más tierno del disco fiero, sexual y explícito, vigente con sus casi cuarenta años, que recupera esta gira.























"Gimme danger, little stranger
and I'll feel you bleed
gimme danger, little stranger
and I'll heal your disease.
There's nothing in my dreams
but some ugly memories
kiss me like the ocean breeze.

Well if you will be my lover
i will shiver and sing
but if you can be my master
i will do anything

There's nothing left alive
but a pair of glassy eyes
raise my feelings one more time

come on little danger,
die a little stranger.
Swear you're gonna feel my hand
come on little stranger,
die a little later
swear you're gonna feel my hand
swear you're gonna feel my hand
gimme danger
little stranger
gimme danger
little stranger
gimme danger
every day
can you feel it? can you feel it?
can you feel it?i gotta feel it
i gotta feel it
i gotta feel it
you gotta feel it,
i gotta feel it
i wanna feel it... "