"Por lo que a mí toca, fiel servidor que me digo de la razón, oso proclamar mi respeto por las heroicas violencias de la pasión. Mi respeto pánico, a la vez imbuido de terrores y de amor. Cuando huyo del delirio, cuando me aparto del pino belvedere, es por miedo al vértigo; es decir, porque, secretamente, me atrae el abismo demasiado. Tal vez he nacido para este abismo: así, para no caer en él, no tengo otro recurso que alejarme y tentar con el pie, para renuevo de mi seguridad, la tierra firme, la dura roca que, sustentándome, me defiende contra mí mismo. Con el tiempo, no obstante, espero alcanzar el poder de copiar la inteligente y voluptuosa lección de Ulises. Y que no me será ya necesario taparme con cera los oídos, como el vulgo de los remeros. Y que me bastará amarrarme sólidamente al mástil y, el oído libre, la curiosidad desvelada, complacerme sin riesgo allí en el canto de las sirenas".
jueves, 28 de mayo de 2009
el abismo
"Por lo que a mí toca, fiel servidor que me digo de la razón, oso proclamar mi respeto por las heroicas violencias de la pasión. Mi respeto pánico, a la vez imbuido de terrores y de amor. Cuando huyo del delirio, cuando me aparto del pino belvedere, es por miedo al vértigo; es decir, porque, secretamente, me atrae el abismo demasiado. Tal vez he nacido para este abismo: así, para no caer en él, no tengo otro recurso que alejarme y tentar con el pie, para renuevo de mi seguridad, la tierra firme, la dura roca que, sustentándome, me defiende contra mí mismo. Con el tiempo, no obstante, espero alcanzar el poder de copiar la inteligente y voluptuosa lección de Ulises. Y que no me será ya necesario taparme con cera los oídos, como el vulgo de los remeros. Y que me bastará amarrarme sólidamente al mástil y, el oído libre, la curiosidad desvelada, complacerme sin riesgo allí en el canto de las sirenas".
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Etiquetas: Eugenio D'Ors, Francisco Umbral, Santigo Rusiñol, Yecla (Burgos)
viernes, 22 de mayo de 2009
eterna
"Construir es colaborar con la tierra, imprimir una marca humana en un paisaje que se modificará así para siempre; es también contribuir a ese lento cambio que constituye la vida de las ciudades. Cuántos afanes para encontrar el emplazamiento exacto de un puente o una fontana, para dar a una ruta de montaña la curva más económica que será al mismo tiempo la más pura...
Pero toda creación humana que aspire a la eternidad debe adaptarse al ritmo cambiante de los grandes objetos naturales...vendrán otras Romas cuya fisonomía me cuesta concebir, pero que habré contribuido a formar.
...Roma debería escapar a su cuerpo de piedra... Roma se perpetuaría en la más insignificante ciudad donde los magistrados se esforzaran por verificar las pesas y medidas de los comerciantes, barrer e iluminar las calles, oponerse al desorden, a la incuria, al miedo, a la injusticia, y volver a interpretar razonablemente las leyes. Y sólo perecería con la última ciudad de los hombres".
Marguerite Yourcenar, Memorias de Adriano
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Etiquetas: Marguerite Yourcenar, Roma
sábado, 16 de mayo de 2009
el dorado
El mito estaba cerca, en tierra extrema, hacia el oeste. Trujillo, dueña de un oro que se hizo piedra, el único oro que quedó del sueño conquistador.
"El sol desciende lentamente. Poco a poco, al obscurecerse el día, todo se ambarina, la iglesia, los pajaros; los nidos son bermejos; los tejados de la pequeña ciudad se impregnan de un oro fluido.
Deliciosas, destacan, sobre la pared color crema, siluetas desconocidas que la luz desfalleciente orla con un nada de claridad.
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Etiquetas: Eugenio Demolder, Trujillo
domingo, 10 de mayo de 2009
pop español
"Ya queda lejos Aranjuez y aún marchamos protegidos por el toldo de los enormes árboles que bordean el camino y entrelazan sus bien repletas ramas, sin que el sol consiga traspasarlas.
-Si sí, ya verá usted dentro de un kilómetro, que se termina la calle de árboles y no hay uno hasta Villaconejos -informa con grandes risotadas uno de los carreteros. (...)
¿Y la torre de la iglesia, dónde está? El que quiera saber lo que es descubrir a América, que se vaya en carro a Villaconejos. Desde que salimos de Aranjuez, no nos hemos encontrado un alma viviente: tierra, tierra...
De pronto, a lo lejos, una nubecilla de polvo(...) La Corsaria viene guiando el brioso caballo que arrastra el tílburo de don Blas, muy guapa, vamos al decir, muy tranquila, con gesto de duquesa que recorre sus tierras antes de almorzar.
-¿Que tal, Corsaria, cómo es el ganado?
-No lo sé, no lo he visto, un toro con dos pitones, digo yo que será.
-No le pongas motes, vamos a dejarlo en becerro.
-Lo que salga, yo mato lo que salga, que a eso he venido.
-Así me gustan a mí las mujeres, que no se asustan de ná".
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Etiquetas: Andy Warhol, Antonio Díaz-Cañabate, Aranjuez, Villaconejos
lunes, 4 de mayo de 2009
dos impares
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Etiquetas: Verona, William Shakespeare