"Huye la noche con perezosos pies, tropezando y cayendo como un beodo, al ver la lumbre del sol que se despierta y monta en el carro de Titán. (...)
La tierra es a la vez cuna y sepultura de la naturaleza y su seno educa y nutre hijos de varia condición pero ninguno tan falto de virtud que no de aliento o remedio o solaz al hombre.
Extrañas son las virtudes que derramó la pródiga mano de la naturaleza, en piedras, plantas y yerbas. No hay ser inútil sobre la tierra, por vil y despreciable que parezca. Por el contrario, el ser más noble, si se emplea con mal fin, es dañino y abominable. El bien mismo se trueca en mal y el valor en vicio, cuando no sirve a un fin virtuoso.
En esta flor que nace duermen escondidos a la vez medicina y veneno: los dos nacen del mismo origen, y su olor comunica deleite y vida a los sentidos, pero si se aplica al labio, esa misma flor tan aromosa mata el sentido. Así es el alma humana; dos monarcas imperan en ella, uno la humildad, otro la pasión; cuando ésta predomina, un gusano roedor consume la planta".
William Shakespeare, Romeo y Julieta
Preferencias del pasado, casi infantiles. Tengo mi Julieta, aquella Olivia Hussey de Franco Zefirelli. Menos probable tal vez, hay un Romeo, Toni Isbert de teatro por la tele (no voy a comprobarlo, me limito a evocar cómo lo vi con ojos de niña). Nunca he pretendido enlazarlos más allá de mis recuerdos. Por si resultan una pareja imposible.
1 comentarios:
recuerdo perfectamente a Olivia Hussey en ese papel; la pareja también me parece imposible
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