El mito estaba cerca, en tierra extrema, hacia el oeste. Trujillo, dueña de un oro que se hizo piedra, el único oro que quedó del sueño conquistador.
"El sol desciende lentamente. Poco a poco, al obscurecerse el día, todo se ambarina, la iglesia, los pajaros; los nidos son bermejos; los tejados de la pequeña ciudad se impregnan de un oro fluido.
Deliciosas, destacan, sobre la pared color crema, siluetas desconocidas que la luz desfalleciente orla con un nada de claridad.
Miran por encima de Trujillo, en el poniente, las ruinas de un viejo castillo que las cigüeñas llenan de un rumor melancólico y monótono, y parecen respirar el silencio lleno de oro de la ciudad como se huele el perfume exasperado de una bella rosa de té, buchada de claridades".
Eugenio Demolder, España en auto
2 comentarios:
preciosa entrada, preciosas fotos, preciosa luz, ¿a qué hora las tomaste
Agradecida. Las fotos están tomadas por la tarde, como se suele decir, al caer el sol. Son de mayo del 2005, cuando pasé unos días dedicados a comer queso (una feria anual bastante interesante). Una excusa para acercarme a un lugar precioso, donde contrasta la vida que se ha bajado a la plaza con la soledad de la zona medieval, en la parte alta. El color de la piedra también pone de su parte.
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