Efímera, supongo. Cuando no se ve la calle, porque no se pisa, son los pasos del tiempo los que se pierden. Como en la tierra de los efímeros, donde la relatividad no se teoriza. ¿En qué estación apareceré de nuevo? Que no sea en un intercambiador: mejor un apeadero. He de anticipar la primavera, estar de vuelta antes de lo que esperas.
"-¡Qué hermoso campo! -comenté-.
La prendí por la cintura, porque la hermosura de la Naturaleza es la mejor aliada. (...)
-¿Te has fijado en los árboles?
Aquello era un juego continuo, frenético; se cubrían como en un incendio de hojas verdes, nos aturdían musicalmente los pájaros. Veíamos las explosiones de las flores. Y de pronto amarilleaban, languidecían, se despojaban melancólicamente de sus hojas doradas. Se quedaban desnudos, unos segundos, tiritaban de nieve, las ramas se encristalaban de escarcha y luego volvían a empezar; a enternecerse, a florecer; contemplábamos sus gestos vegetales, como si se desperezasen al saltar de la cama. (...)
-Ahora -me dijo Catalina- tendremos una eternidad para querernos.
La cogí por la cintura y la besé lentísimamente -lo que en Efímera dura un reinado- en la roja boca".
Agustín de Foxá, Viaje a los efímeros
6 comentarios:
entiendo que los textos son de Foxá, ¿no? Dudo de si el primero lo es. Bonita entrada. Y bonitas fotos: me recuerda a algunos paisajistas rusos, los que pintaban esos álamos blancos
Álvaro, tú y tu generosidad: creo que Foxá no llegó a conocer intercambiadores (sí pantanos, deo gratia). Lo que no va entre comillas es de de mi cosecha: "Tibi gratia".
Lo que en Efímera dura un reinado.
Maravilla.
Blanco, totalmente de acuerdo. A Foxá se le lee poco -está, por decirlo de algún modo, olvidado- y escribe maravillas como esa. Saludos y contenta de verte por aquí.
Suscribo el comentario de Blanco. Maravilla.
Y me imagino toda esa frase última de Foxá susurrada por este señor con esa sonrisa, ese sombrero, esa mirada entornada.
Fernando: cierto que es la frase final del cuento. Lo de "ese señor" ¡qué bien traído!: no se me hubiese ocurrido ni en el mejor de mis sueños (mi fantasía tiene sus límites).
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