Aquellos festivales ya no son lo que eran.
La OTI, Benidorm, ¿y el de la Canción Infantil?... Cada vez que "sentía" el Te Deum de Carpentier (un Te deum para algo tan profano...) mientras vibraba en la tele el círculo estrellado me preparaba para el festival de Eurovisión: sólo acertaba una vez al año. Jugábamos al festival en verano, en la terraza de la casa de la abuela, todos los primos organizados por equipos (los de Suiza siempre ganaban).
Reconozco que todavía algún año veo el festival (en singular, el único que queda), pero los motivos han cambiado, es una rancia nostalgia y curiosidad kitsch (¿o camp?), no aquella excitación que culminaba con la contabilidad en idiomas y la mirada, al día siguiente, en el periódico del domingo, del ranking de decepciones. Hoy es tan distinto: servidora, con estudios superiores en geografía, se pierde entre los nuevos países y la caprichosa frontera entre continentes. Hay más diferencias, demasiadas diferencias, pero no seré yo quien comience a hablar de música, porque aquellos festivales ... aquello era otro cantar.
La OTI, Benidorm, ¿y el de la Canción Infantil?... Cada vez que "sentía" el Te Deum de Carpentier (un Te deum para algo tan profano...) mientras vibraba en la tele el círculo estrellado me preparaba para el festival de Eurovisión: sólo acertaba una vez al año. Jugábamos al festival en verano, en la terraza de la casa de la abuela, todos los primos organizados por equipos (los de Suiza siempre ganaban).
Reconozco que todavía algún año veo el festival (en singular, el único que queda), pero los motivos han cambiado, es una rancia nostalgia y curiosidad kitsch (¿o camp?), no aquella excitación que culminaba con la contabilidad en idiomas y la mirada, al día siguiente, en el periódico del domingo, del ranking de decepciones. Hoy es tan distinto: servidora, con estudios superiores en geografía, se pierde entre los nuevos países y la caprichosa frontera entre continentes. Hay más diferencias, demasiadas diferencias, pero no seré yo quien comience a hablar de música, porque aquellos festivales ... aquello era otro cantar.
"En Roma, te vi de pronto una mañana,
en Roma, me dio su cita un corazón,
en Roma, el primer toque de campana,
en Roma, ha despertado una ilusión.
En Roma, por una lira en la fontana
un día, jugué mi amor a cara o cruz.
En Roma, el Quirinal pide a la luna,
¡un sueño que nunca más le diga adiós!
En Roma, van las parejas de una en una
y el amor,
en Roma va de dos en dos"
Fina de Calderón, En Roma
(Festival de la Canción Mediterránea)
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