El rosa Tiepolo no es rosa, es naranja, encendido, vivo, despreocupado. En Aranjuez no se distingue del paisaje, pero... da la espalda a los corsés cortesanos. Abandona el lugar. Baja las escaleras de San Pascual sin saber aún que su camino termina en El Prado, sin saber que allí va a lucir más, aunque sólo sea por contraste.
Las obras que Tiepolo realiza para el Convento de San Pascual Bailón pecan en la forma, por directas, por espontáneas, por frescas. Sin penitencia (hoy pueden ser contempladas en el Museo del Prado) ni purgatorio (algunas no pasan de boceto) son inmediatamente sustituidas por las relamidas de Mengs, Maella y Bayeu.
Será que el rosa Tiepolo está en la naturaleza, no en las academias. Es color de irrealidad, volátil e intangible, color de cierta locura, color feliz. Aunque avisado por San Pascual, que le ha dejado sus tres golpecitos en la cabecera, el artista, una vez más, habrá de morir incomprendido. El que paga manda.
"Los dibujos de San Pascual Baylón [están] destinados a una suerte infeliz: un intento de adecuarse a las inclinaciones locales, pero incomprendido, despreciado y maltratado.
(...) Mengs podía mirar a Tiepolo como a un desamparado de edad provecta. No sorprende la insana prisa con que, tras la muerte de Tiepolo, la corte española se apresuró a quitar sus retablos del altar de Aranjuez. Entre el almidonado Mengs y el mercurial Tiepolo la partida había concluido a favor del primero. Obviamente, Mengs fue nombrado pintor de cámara del rey.
(...) Esos lienzos no tienen precedentes en la obra de Tiepolo, ni mucho menos en la pintura de su siglo. Es como si la palabra religioso de pronto volviera a ser natural y tácita. (...) Aquí la vibración es el estado último".
Roberto Calasso, El rosa Tiepolo
4 comentarios:
¡Ey, muchas gracias por encaminarme, Magdalena!
Pedazo foto, parece un cuadro de Friedrich.
Friedrich se inventaba los paisajes. Si F hubiese pasado por Aranjuez... : la verdad, soy más de Friedrich que de Tiepolo.
Yo también. Prefiero lo agreste a lo relamido.
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