vividos, viajados o sencillamente imaginados






lunes, 13 de octubre de 2008

la ciudad de la luz

Así proclaman las mayúsculas en los folletos de las agencias de viaje.
Nada que ver con el viaje al fin de la noche.
Es éste un viaje, en toda regla, fuera de mapa.
Un viaje que no se oferta.
Un viaje que podría ser un viaje a cualquier sitio.
Y Céline que insiste: es París.
"En el gran abandono lánguido que rodea la ciudad, allí donde la mentira de su lujo va a chorrear y acabar en podredumbre, la ciudad muestra a quien lo quiera ver su gran trasero de cubos de basura. Hay fábricas que eludes al pasear, que exhalan todos los olores, algunos casi increíbles, donde el aire de los alrededores se niega a apestar más. Muy cerca, enmohece la verbenita, entre dos altas chimeneas desiguales; sus caballitos pintados son demasiado caros para quienes los desean...

Todo son esfuerzos para alejar de aquellos lugares la verdad, que no cesa de volver a llorar sobre todo el mundo; por mucho que se haga, por mucho que se beba, aunque sea vino tinto, espeso como la tinta, el cielo sigue siendo igual allí, cerrado, como una gran charca para los humos del suburbio".

Louis Ferdinand Céline, Viaje al fin de la noche

3 comentarios:

el zurdo dijo...

Por mucho que viajase (y viajó -¡hasta estuvo en Rusia!-), Destouches nunca acabó de salir del sórdido pudridero de su infancia (tan bien descrito en MUERTE A CREDITO).

Anónimo dijo...

Una persona que ha estado unos años viviendo en Guinea Ecuatorial me comentó que la única descripción literaria de Malabo es la de Cèline, aunque el lugar quedase convertido en el libro en una colonia francesa. Vamos, que conoció hasta la Guinea Española, según esa hipótesis. Sería el equivalente realidad-pseudónimo del Destouches- Céline. "Muerte a crédito" no he tenido aún el placer de leerlo. Te agradezco, como otras veces, la reseña.

Anónimo dijo...

El Norte de París es zona peligrosa. El turista que va hacia allí busca Saint Denis.#.