vividos, viajados o sencillamente imaginados






viernes, 3 de octubre de 2008

y lo que te rondaré...

"Toledo posee el color, la rudeza, la enérgica miseria de la sierra en que campea y a cuyas recias articulaciones dan desde luego una impresión de energía de pasión. Es menos una ciudad, cosa ruidosa y apegada a las comodidades de la vida, que un lugar significativo para el alma. Bajo la cruda luz que presta a cada arista de sus ruinas un vigor y precisión en los que se sienten fortificados los más muelles caracteres, es al mismo tiempo misterioso, con su catedral que surge hacia el cielo, sus alcázares y sus palacios, que sólo adquieren vida en los patios invisibles.
...Así de invisible y secreto en este áspero país tórrido, Toledo se revela como una imagen de la exaltación en la soledad, como un grito en el desierto".

Maurice Barrès, "Un amateur" de almas


"¿Cómo revelar los grandes movimientos monocromos de esa tierra violácea y ocrosa? Sería necesario marcar su color y sus curvas, y después también hacer sensibles las partes nutridas, pesadas, en donde ningún edificio es notable, pero que precisamente tienen la belleza de los grandes espacios llenos de arquitectura".
Maurice Barrés, Greco o el secreto de Toledo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Toledo tiene venta ambulante de vértigo en sus calles, por algunas de las cuales no cabe el gordo de la lotería.
Toledo es un gran tarta de historia y con velas de mampostería.
Toledo tiene fantasmas de judios que huyen doblando por esquinas oscuras.
Toledo esconde pinceladas alargadas y vaho de humedad que sube del anillo que la rodea.
Toledo guarda sus puertas sin llave y regatea al visitante la estampa de su catedral.
Toledo huele a mazapán y desde su ático se divisa el cielo por los cuatro costados.

rubén dijo...

Toda visita a Toledo es una katabasis.