Coleccionar. Primero fueron los tesoros medievales, luego las cámaras de las maravillas renacentistas, sin salir de los palacios, nobles o regios. Había de todo, como en un bazar del lujo, como en una botica preparada contra el mal del tedio. La Ilustración inventa el edificio exento para albergar esas obras únicas con cierto criterio, más que nada porque ya no cabían en casa. Y vinieron las guerras, las conquistas y los botines arrebatados. Y aún hubo tiempo para que los eruditos pusiesen orden -al servicio de las identidades nacionales- a tanto caos de arte y cultura. Hoy, cuando la individualidad es un pecado político, porque sólo la economía hace al hombre, ésto de los museos queda en infantil y mercantil intercambio de cromos, que se pegan en cualquier hueco, porque todos los álbumes son iguales.
NOVIEMBRE
Hace 23 horas
1 comentarios:
Devuelvo visita y agardezco cortés comentario. Yo también conocía este sitio pero nunca me había atrevido a apuntar nada.
Encantado de contarte entre mis "visitantes" bloggeras.
Un saludo.
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