“Manrique estaba loco; por lo menos, todo el mundo lo creía así. A mí, por el contrario, se me figura que lo que había hecho era recuperar el juicio”.
“Sobre el Duero, que pasa lamiendo las carcomidas y oscuras piedras de las murallas de Soria, hay un puente que conduce de la ciudad al antiguo convento de los Templarios, cuyas posesiones se extendían a lo largo de la opuesta margen del río.En la época a que nos referimos, los caballeros de la Orden habían ya abandonado sus históricas fortalezas; pero aún quedaban en pie restos de los anchos torreones de sus muros; aún se veían, como en parte se ven hoy, cubiertos de hiedra y campanillas blancas, los macizos arcos de su claustro, las prolongadas galerías ojivales de sus patios de armas, en las que suspiraba el viento con un gemido, agitando las altas hierbas.
En los huertos y en los jardines, cuyos senderos no hollaban hacía muchos años las plantas de los religiosos, la vegetación, abandonada a sí misma, desplegaba todas sus galas, sin temor de que la mano del hombre la mutilase, creyendo embellecerla.… y en los trozos de fábrica próximos a desplomarse, el jaramago, flotando al viento como el penacho de una cimera, y las campanillas blancas y azules, balanceándose como en un columpio sobre sus largos y flexibles tallos, pregonaban la victoria de la destrucción y la ruina”.
3 comentarios:
El Duero y Soria son sitios muy poéticos, cantados por Gerardo Diego y Antonio Machado.#.
Me encanta Bécquer. Yo también he viajado por Soria llevándole de Cicerón. San Juan de Duero lo visité hace siglos y desde entonces siempre que paso lo encuentro cerrado, unas veces por reformas, otras porque llego en lunes...
Hay lecturas incorporadas a la vida, pero son contadas con las que se crece. En concreto las Leyendas están entre las últimas. Por Bécquer supe de Soria. Antes fue imaginada que vista.
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