vividos, viajados o sencillamente imaginados






sábado, 14 de junio de 2008

honrada ruina



Son las ruinas, la ruina humana, las que devora la naturaleza del paisaje romántico, allí donde el hombre se hace pequeño. Otros serán quienes sin entender confundan la locura con esta alma honrada y consciente de su insignificancia. No Bécquer cuando concluye, en las últimas líneas de la leyenda, que ensimismarse con la luna no es de lunáticos:
“Manrique estaba loco; por lo menos, todo el mundo lo creía así. A mí, por el contrario, se me figura que lo que había hecho era recuperar el juicio”.



“Sobre el Duero, que pasa lamiendo las carcomidas y oscuras piedras de las murallas de Soria, hay un puente que conduce de la ciudad al antiguo convento de los Templarios, cuyas posesiones se extendían a lo largo de la opuesta margen del río.En la época a que nos referimos, los caballeros de la Orden habían ya abandonado sus históricas fortalezas; pero aún quedaban en pie restos de los anchos torreones de sus muros; aún se veían, como en parte se ven hoy, cubiertos de hiedra y campanillas blancas, los macizos arcos de su claustro, las prolongadas galerías ojivales de sus patios de armas, en las que suspiraba el viento con un gemido, agitando las altas hierbas.



En los huertos y en los jardines, cuyos senderos no hollaban hacía muchos años las plantas de los religiosos, la vegetación, abandonada a sí misma, desplegaba todas sus galas, sin temor de que la mano del hombre la mutilase, creyendo embellecerla.… y en los trozos de fábrica próximos a desplomarse, el jaramago, flotando al viento como el penacho de una cimera, y las campanillas blancas y azules, balanceándose como en un columpio sobre sus largos y flexibles tallos, pregonaban la victoria de la destrucción y la ruina”.

Gustavo Adolfo Bécquer, El rayo de luna

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El Duero y Soria son sitios muy poéticos, cantados por Gerardo Diego y Antonio Machado.#.

rubén dijo...

Me encanta Bécquer. Yo también he viajado por Soria llevándole de Cicerón. San Juan de Duero lo visité hace siglos y desde entonces siempre que paso lo encuentro cerrado, unas veces por reformas, otras porque llego en lunes...

Anónimo dijo...

Hay lecturas incorporadas a la vida, pero son contadas con las que se crece. En concreto las Leyendas están entre las últimas. Por Bécquer supe de Soria. Antes fue imaginada que vista.