vividos, viajados o sencillamente imaginados






jueves, 14 de febrero de 2008

halagos

al lago fronterizo
Leman o Ginebra, según quien te hable. Despertar de Frankenstein. Vino de Lavaux. Jazz en la orilla. Aparente sosiego para Lord Byron.


"¡Sereno Leman! El contraste entre tu lago apacible y el mundo borrascoso en cuyo ambiente he vivido, me aconseja deje el oleaje de la tierra deslizándome sobre aguas más puras. La vela de la navecilla sobre la que me abandono sobre tu pulida superficie, parece un ala silenciosa que me aleja de la ruidosa vida; en otro tiempo amé los rugidos del Océano furioso, ahora tu dulce murmullo me enternece, como la voz de una hermana que me reprochase haberme entregado excesivamente a sombríos placeres.


Todo proclama en estos parajes su poder. Desde los oscuros pinos, las rocas que le prestan sus umbrías, y la voz que muge en los torrentes que encanta sus fantasías, hasta la vid que adorna con sus pámpanos verdes la suave pendiente que conduce a la orilla".


Lord Byron, Las peregrinaciones de Childe Harold

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