vividos, viajados o sencillamente imaginados






viernes, 31 de diciembre de 2010

eternidad





"Tal vez el lugar más deleitante de Europa en cada uno de sus aspectos, en cada orden de sus bellezas naturales y artificiales. Palacios y jardines surgen de entre las rocas, las cataratas y los precipicios; conventos sobre alturas espectaculares, a lo lejos una vista del mar y del Tajo. Une la fuerza salvaje de Escocia y el verdor del Sur de Francia"

Lord Byron

"El Edén eterno y glorioso" dijo.
Como en Sintra existen ámbitos de muerte aparente y resurrección, eternamente vivos, en este edén (a veces) al este de aquel otro. Y aunque el lord perverso nunca estuvo aquí, como siempre sucede en Sintra en un mismo día habrá niebla, frío, lluvia y luz.





martes, 21 de diciembre de 2010

el frío y el deseo

Hace ya tiempo que el Támesis no se hiela como en la primera vida de Orlando, en aquel XVI de la reina virgen. Lo del proceso de calentamiento de la tierra y el cambio climático no es cuestión de hace dos días. Y por si hubiese duda la paradoja ayuda este año: la isla cubierta de nieve hasta la orilla del mar. Lo que tal vez haya cambiado es el pulso del deseo ¿estaríamos hoy dispuestos a esparcir nuestro calor apasionado sobre la efímera lámina del río? (¿y hoy, solsticio de invierno?)







"En vez de dirigirse a Londres , tomaban el camino contrario y erraban más allá del gentío por las heladas extensiones del Támesis, donde no daban con un alma viviente, salvo unos pájaros marinos o alguna vieja aldeana hachando el hielo con el vano propósito de sacar una baldada de agua (...) De ahí que Orlando y Sasha (...) de ahí, decimos, que tuvieran el río para ellos solos. Acalorados de patinar y de amor se tiraban en alguna playa solitaria, donde los amarillos mimbrales bordeaban la ribera y, envuelto en un gran manto de pieles, Orlando la tomaba en sus brazos y conocía por primera vez, murmuraba, los goces del amor. Luego, cumplido el éxtasis y aquietados los dos sobre la nieve, él le contaba de sus otros amores, y cómo, comparados con el de ella, habían sido de madera, de lona y de cenizas. (...) Y se maravillaban de que el hielo no se derritiera con su calor (...) Y después, embozados en sus martas, hablaban de cuanto hay bajo el sol: de vistas y viajes; de moros y paganos; de la barba de ese hombre y del cutis de esa mujer, de una rata que comía de su mano en la mesa; de las tapicerías de Arrás que se agitaban siempre en la cámara de su casa; de una cara, de una pluma. Nada era demasiado pequeño para ese diálogo, nada demasiado grande".

Virginia Woolf, Orlando

jueves, 9 de diciembre de 2010

eros no es lo que era












Por mucho rojo pasión que se ponga. Y no porque ahora corran vientos de amores cibernéticos, descafeinados y bajos en calorías. Simplemente es que no se trata de Eros, sino de un hermano bueno que le ha salido al bueno del Ángel Caído, el que nos incita desde su pedestal del Retiro.
Ahí está, Anteros, el dios del amor desinteresado: será por eso que no nos interesa el anterotismo.

y si miras con detenimiento ...







Siempre queda jugársela a piedra, papel, tijeras.
Como he leído por aquí: Rock is dead, larga vida a las tijeras y al papel.