vividos, viajados o sencillamente imaginados






jueves, 8 de octubre de 2009

el inconsciente de la ciudad



Una tarde de 1990 una monja de Santo Domingo el Antiguo, de espaldas a la tumba de El Greco, entre niñosjesuses con las potencias de metal al aire y el sexo de escayola bajo encajes, una monja confiada y jovial, intentaba convencerme de que no estaban tan alejadas del ultramundo, el nuestro, el de los que estamos fuera. Yo no había preguntado. El argumento fue sorprendente y anacrónico hasta la perfección: pues claro que sabían que el mundial del 82 se había celebrado en España. La historieta no es inventada, aunque suene a anuncio de televisión. Tal vez por la vía menos ortodoxa pude asomarme a la verdad de Toledo. Ahí estaban la invitación involuntaria de las Tres fechas -con sus tres celosías- de Bécquer; el Toledo oculto y el Toledo aparente que Torres Balbás hayó bajo escuadra y cartabón; pero sobre todo, el pulso de vida que Gregorio Marañón supo tomar a estos claustros y clausuras.



“De esas horas de paz inefable, por el Toledo nuestro, el de cada uno, el que nosotros poblamos, como todos los lugares de ensueño, con habitantes imaginados, como a nosotros nos parece que debían ser, que casi nunca es como son; de esas horas de paz, no pocas las he pasado en los conventos de monjas.
Y he pensado muchas veces que, en efecto, estos conventos esparcidos por el laberíntico y noble caserío toledano, representan la parte esencial y permanente del alma de la ciudad, la transida universalidad inagotable; precisamente porque son tan de allí que más que la conciencia de Toledo son su verdadera subsconciencia. La conciencia de una ciudad la forman los palacios, los templos suntuosos; en Toledo, sobre todo, la Catedral. Esta conciencia representa, sí, el alma de Toledo; pero siendo tan suya tiene mucho de lo que le es extraño, de todo lo que ha fluido desde fuera para formar la vieja urbe: lo romano, lo árabe, lo israelita, lo mediterráneo; todo lo que se llama universal, que puede ser y es maravilloso, pero que es transitorio y perecedero; a la larga, arqueología.
En la subsconciencia de Toledo, como en la de los hombres, está, en cambio, lo instransferiblemente suyo, lo que no se debe a ninguna influencia que no sea rigurosamente autóctona, lo que allí nació y no puede ser más que de allí; lo que por ser puro espíritu no se convierte nunca en pasado.
El que entre en un convento de religiosas de la vieja ciudad se dará cuenta de que cuanto es radicalmente toledano, universal y permanentemente toledano, está en ese ámbito reducido y humilde, vago y tenue, como diluido en una nube de incienso; pero exacto e íntegro, sin que le falte ni le sobre absolutamente nada”.


Gregorio Marañón, Elogio y nostalgia de Toledo

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡ VAYA TELA DE BLOG O BLOCK !!!
LAS FOTOS MAS QUE NORMALITAS Y DEL TEXTO NO PUEDO HABLAR... NO SE LEER ESTAS COSAS.
BESOS.

Anónimo dijo...

... Y ENCIMA CON CENSURA. O SEA, QUE SI EL BLOGERO QUIERE NO PUBLICA LOS COMENTARIOS. VAYA MIERDA.

paisajescritos dijo...

Pues así son las cosas. Veo que no respondo a sus expectativas, pero no hace falta que chille, se lee mejor empleando mayúsculas y minúsculas al modo convencional, pues al usar mayúsculas se tiende a suprimir las tildes y eso complica la comprensión del blogero y de sus lectores. Cuando entro a un bar y no me encuentro cómoda, pago mi consumición, buen día tenga usted(que la educación a mis padres les salió muy cara)y me voy a otro. Y que ésto no sirva de precedente, pues no tengo a gala leer ni contestar a anónimos no identificados.
Que tenga buen día.

el zurdo dijo...

No cojo el chiste. ¿Aprovechas al ano para dejar clara tu postura al respecto o te pilló en momento masoca? Cada cual es cada quien, of course, pero yo, que recibía estos anticlimáticos emilios con una frecuencia supongo muy superior a la tuya, no me molesto en otra cosa que en endurecer el filtro y dejar que sólo me lleguen mensajes con ID (se cortan más si tienen que cargar con un perfil). No sé, es que en este blog, de pronto, toparse con algo así, corta muchísimo el rollo. Es como ser testigo de un botellón en los parajes cartujos de EL GRAN SILENCIO o en aquella preciosa mansión de Sintra por la que paseé alguna vez.

paisajescritos dijo...

Qué razón tienes. Mi sensación fue idéntica a la tuya. Con independencia de por qué no he borrado lo anterior (desde luego, queda clara mi postura), sí temí ese "cortar muchísimo el rollo" a los que tienen a bien disfrutar del paisaje. Gracias Fernando por el exorcismo y por las comparaciones.

Anónimo dijo...

El convento de Santa Clara de Toledo es muy especial. Tiene un patio hispanomusulmán de primer orden.#.