vividos, viajados o sencillamente imaginados






miércoles, 24 de diciembre de 2008

feliz incongruencia

¡Si gusta o no la Navidad! La opinión está tan dividida que resulta igual de tópico lo uno y lo otro. Incluso preguntarlo. Es indiscutible la veracidad de la nochevieja, pero lo de la nochebuena, mucho suponer ¿no?

Pues ahí estaremos, que siempre se puede pasar el trago con un poco de imaginación, aunque sea sobrevenida o tomada de prestado. Y además, el trago puede acabar siendo más que bueno, lo mejor.

"Gustavo entró en la Nochebuena con desesperación. No tenía a nadie ni quería ir con mujeres fáciles aquella noche, porque se ponen a llorar en cuanto dan las doce (...). "La mujer que pase esta noche sola me admitirá si yo llamo a su puerta." ¿Pero qué mujer pasaba aquella noche sola? (...) Dorotea Caser, la esposa del marino.
Buscó él en sus labios el sabor a estuche que tenían sus besos, pues sus besos estaban guardados en el estuche morado de las joyas que esperaban la fiesta de la vuelta del esposo (...) De pronto se comenzó a correr la cortinilla de azogue de un espejo y se vio un naufragio...
-Vete, acaba de irte... Si no no habrá salvación -volvió a gritar ella, salvando el barco como si fuese su patrona.
Cuando Gustavo salía ya por la puerta, vio que el barco por fin se atravesaba bien en las aguas (...) Impresionado por aquel suceso inesperado, se dirigió a las tabernas de la noche y acabó siendo él el marino borracho de la Nochebuena.


Ramón Gómez de la Serna, El incongruente

6 comentarios:

Alvaro de la Rica dijo...

sólo puedo decirte que ese fragmento/todo que has colgado (vaya palabrita) es sencillamente espectacular y dice mucho también de tu profundidad de espíritu: yo soy mujer fácil de las que me pongo a llorar en cuanto dan las doce: esta noche, cuando lo haga, me acordaré de tus paisajes y te desearé una Feliz Navidad, una Navidad veraz…

el zurdo dijo...

Uno de los textos más inquietantes de Ramón, especialmente el capítulo en la ciudad de las muñecas de cera.
No sé hasta qué punto TVE le hizo justicia con su adaptación con Quique San Francisco encarnando a Gustavo. Vale, peor habría sido poner a Gabino Diego. No sé, quizás Juan Diego Botto (un actor que me concita sentimientos ambivalentes: a veces lo odio y otras, lo odio un poco menos -casi me cae bien, por ejemplo en MARTIN H-).

rubén dijo...

He estado a punto de caer en la reiteración. No digo nada, entonces, de la huida hacia el pueblo de las muñecas de cera.

Anónimo dijo...

Y el padre de Gustavo ¿que?, de este nadie se acuerda, tambien espera la salvacion y es seguro que se salvara, aunque de momento va y viene sin cesar por esos caminos de diciembre. No va solo, le acompañan sus fieles legionarios durante las tardes monotonas de invierno, estan alli donde siempre, como siempre. Y la madre de Dorotea a punto de caer, como el año nuevo. Otra vuelta de tuerca. Feliz año.

paisajescritos dijo...

Recuerdos de aquella mini película. Era muy pequeña, pero la vi, recuerdo a Emma Cohen, pero no sabía nada de Quique San Francisco ni de Gómez de la Serna. Sé que me impresionó la historia, y que según pasaba el tiempo, al oir nombres de libros, pensé que era la obra de Ibsen, y luego el Bearn, todo un lío de muñecas, hasta que casualmente entró el libro de El Incongurente en casa, bastante años después, y allí la encontré. El relato del affaire en el hueco de la escalera fue de los que más me impresionó.
Al padre de Gustavo ¿cómo ha llegado a la conclusión de que Dorotea es hija de su madre? Ya me lo explicarás.
A todos, espero que hayais sobrevivido al tránsito navideño. Sólo quedan los Magos. Os remito a la Epifanía de Cunqueiro que pasó por este blog.

paisajescritos dijo...

Magos dee Cunqueiro http://paisajescritos.blogspot.com/2008/01/geografa-imaginada.html