vividos, viajados o sencillamente imaginados






sábado, 1 de marzo de 2008

de bar en bar

Barcelona. Marsé escribe Barcelona con b de bisturí. Rasga la armonía de la panorámica de la ciudad. Disecciona los paisajes interiores y coloca ante nuestros ojos los escenarios donde se cuece el día a día, los recovecos humanos de la ciudad.



“Luego navegaron un poco a la deriva por las Ramblas y el barrio chino, la universitaria escoraba por el lado izquierdo, tendía naturalmente hacia la calle Escudillers y ciertos fondos populosos y hetereogéneos. La aventura no tenía aún lugar, pero se podían ya enumerar toda una serie de lances amorosos de la sangre, pequeñas emociones unilaterales que oscilaban de un cuerpo a otro determinadas por el azar: a veces, de pie ante el concurrido mostrador de una taberna –resultó que la estudiante conocía no pocas tascas y le encantaba recorrerlas rápidamente, como si sólo deseara comprobar que seguían allí, todavía con recuerdos de su paso en compañía con amigos de la facultad y con su misma deprimente fauna flamenca, su mismo buen vino (infecto, según pensaba Manolo, aunque no decía nada) y sus mismas prostitutas y vendedoras de lotería- muy juntos, arropados en esa impunidad ficticia de la algazara popular, sus caderas se rozaban involuntariamente…“
Juan Marsé, Últimas tardes con Teresa

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Todo se acaba terminando, incluso las "ultimas tardes con Teresa". La vida fluye como la cerveza, pero el barril acaba terminandose. Si las tabernas pudieran hablar, seria necesario modificar la historia, pues solo ellas conocen ciertos secretos. Secretos que si fueran publicos pues.... ya no serian secretos. Mejor que sigan asi.
De todos modos nos queda la posibilidad de pinchar otro barril y seguir viviendo. A mi me apetece ¿y a ti?

Anónimo dijo...

Mensaje sms: 15 centimos
Llamada telefonica: 30 centimos
Telegrama: 2 euros
Telefax: 1 euro
carta: 60 centimos

Poder decir cualquier cosa sin que te cueste en un blog, no tiene precio.

Anónimo dijo...

Ya veo lo que te inspira: el texto ha salido de un tirón. Y con una verdad que sólo lo es a medias. Por cierto, los mediodías con Teresa se retomarán.

Anónimo dijo...

Hay muchas Barcelonas. A veces tiene algo de Marsella y de Lisboa. Si hablamos de colores, pues pensamos en la roja Raval, y en la negra policiaca.

Anónimo dijo...

Habrá que quedar un día de estos con el Pijoaparte para tomar unas cañas por las tascas del Carmelo. Le diremos que también están invitadas sus dos chicas, la morena y la rubia, y concerlas al natural. ¿Sabes si tiene algún teléfono a donde llamarle?

Anónimo dijo...

No tiene teléfono. Pero los recados siempre se los dejan en el bar Delicias. Estoy convencida de que está esperando nuestro aviso. Imposible en casa de El Cardenal.
Nunca he pisado el Carmelo, lo más cerca que he llegado ha sido al Parque Güell. Sería buena ocasión para hacer el viaje y conocer su barrio, el mismo del niño de Rabos de Lagartija. Lógicamente, a mí me interesa más el Pijoaparte que sus chicas. Mientras tanto, podemos organizar el viaje entre caña y caña de las de aquí. Además, podemos explorar el paisaje del barrio, que parece últimamente ha quedado como un queso de Gruyère. Y preguntar al Pijoaparte que piensa de ésto.