vividos, viajados o sencillamente imaginados






miércoles, 30 de enero de 2008

geografía imaginada

El enunciado es invención de Álvaro Cunqueiro. Un autor que, cuando se define el realismo mágico gallego, o más bien al hablar de grandes escritores españoles del XX, parece ser olvidado. Por motivos que no comprendo pero intuyo semejantes a los que silencian a otro autor, con bastantes puntos en común, como Josep Pla.
Son jugosos los saltos en el espacio y en el tiempo desde su tierra gallega: es hábil al reproducir su mapa con retazos de Italia, Francia o incluso con los paisajes de la invención, como Ávalon. Los lugares y las épocas de sus novelas. Los mismos que evoca en su artículos de viajes.
Espero que Cunqueiro me acompañe en más ocasiones. Hoy, sin ir más lejos, hemos estado en La Coruña, allí donde los Magos de Oriente y Merlín el Encantador pueden encontrarse…

“Además de la luz y el mar y la alta torre, hay la tierra y la ciudad. Hay en La Coruña la tierra romántica y la piedra románica, y a la ciudad vieja se le ve, clara y patente, su antigüedad y su tradición: su raíz gallega y eterna (…) La piedra románica es Santa María del Campo; me gusta repetir que el románico es la más profunda y significativa forma que lo gallego haya alcanzado; nunca, como en el tiempo románico, Galicia estuvo en forma, y la iglesia románica, la canción de amigo y la lengua clara y cabal del foro monástico o la donación, pertenecen por entero y por igual al modo románico en el que la más entrañable Galicia floreció. Cuando a La Coruña voy y a Santa María me acerco, me paro a ver la Epifanía en el tímpano de su puerta mayor y a los señores Magos en su país de castillos…”
Álvaro Cunquerio, La Coruña

domingo, 27 de enero de 2008

diversiones

Ana Ozores se aburre. Y no es para menos, con la que está cayendo en Vetusta. Una burguesía insulsa entre el indiano sin pedigrí y el aristócrata venido a menos. Mediocridad e hipocresía, por usar sólo dos de los rasgos que me vienen a la cabeza. Y no porque me sepa el libro de memoria. Es que hay cosas que no cambian. Y ella, de Don Fermín a Don Álvaro, y ellos, con hambre caprichosa de su alma o de su cuerpo.

No sé si era a ésto a lo que se refería Proust con aquello de los placeres y los días, que siempre me ha sonado como a algo que está muy bien, pero que va muy lento.
Vetusta no da más de sí: ruina y deterioro de una orgullosa y decadente ciudad, que a duras penas oculta su trastienda. Aunque sabemos que Clarín hace trampas: ha prescindido deliberadamente de Santullano, de San Miguel de Lillo, del palacio del Naranco, caminos por los que hoy nos acercamos a la ciudad.

"Cuando llegaba un forastero, se le enseñaba la torre de la Catedral, el Paseo de Verano y, si era posible, la sobrina de los Ozores. Eran las tres maravillas de la población"


"Vetusta era su pasión y su presa (...) La conocía palmo a palmo, por dentro y por fuera, por el alma y por el cuerpo, había escudriñado los rincones de las conciencias y los rincones de las casas. Lo que sentía en presencia de la heroica ciudad era gula"

Leopoldo Alas "Clarín", La Regenta


lunes, 21 de enero de 2008

experiencia compartida

Florencia, como referente de viajeros, es casi contemporánea de Granada, y por tanto uno de los primeros destinos burgueses. Forster dibuja a los “pioneros turistas” Baedeker en mano: casi cien años después de que a Sthendal le diese su famoso jamacuco.
Y lo hace desde un ángulo -el del título- que curiosamente nunca hubiese elegido el otro crítico social que fue Oscar Wilde, para quien una habitación con vistas es “irrelevante, excepto para el propietario que, por supuesto, lo carga a la cuenta. Un caballero nunca mira por la ventana”.

“En la Piazza della Signoria hay demasiada piedra para que resulte brillante. No tiene césped, ni flores, ni frescos, ni resplandecientes muros de mármol o animados pedazos de ladrillo rojo. Por una extraña casualidad (…) las estatuas que dan relieve a su austeridad sugieren, no la inocencia de la infancia, ni la gloriosa excitación de la juventud, sino la consciente perfección de la madurez (…) Han dado o soportado algo y, aunque son inmortales, la inmortalidad les ha llegado a través de la experiencia, no antes. Allí, no sólo en la soledad de la naturaleza, debe un héroe encontrar a una diosa, o una heroína a un dios”.
E. M. Forster, Una habitación con vistas

domingo, 13 de enero de 2008

la tentación de la fruta madura

Granada tendrá más de una entrada aquí. Es una querencia que arranca de la infancia. Por otra parte, nada exclusivo. Han sido y son muchos los autores que han puesto sus ojos en ella. Pero también son muchos los años leyéndola y evocándola, cuando no he podido contemplarla.Chateaubriand escribió El último abencerraje en 1806. Es el punto de partida en la tradición de Granada como referente de viajeros y artistas. La imaginada y romántica Granada fue inaugurada por él.






“Granada está construida al pie de Sierra Nevada, sobre dos enhiestas colinas, separadas por un profundo valle. Las casas, situadas en el declive de las colinas, en el fondo de aquél, dan a la ciudad el aspecto y la forma de una granada entreabierta, circunstancia a que debe su nombre. Dos ríos, Genil y Darro, de los cuales el uno arrastra pajillas de oro y el otro arenas de plata, bañan el pie de las colinas y se reúnen y serpean en una llanura encantadora llamada la Vega. Esta llanura, sobre la cual descuella Granada, está cubierta de viñedos, granados, higueras, moreras y naranjos, y rodeada de montañas de forma y color admirables. Un cielo encantado y un ambiente puro y delicioso abisman el alma en una secreta languidez, de que cuesta trabajo librarse al viajero que no hace sino pasar”.

F. R. de Chateaubriand, El último abencerraje.
8 comentarios (traídos al cuerpo de la entrada que ha sido rehecha por problemas de spam: se mantiene la fecha original)

Anónimo dijo...
Granada, vista con perspectiva, es una mujer con la cabeza de plata.
15 enero, 2008 19:14


el zurdo dijo...
Joooo, yo quiero anónimos así y no los que me mandan. En pleno uso de sus facultades pensantes y redactoras y con más ánimo de participación que de sabotaje. Qué envidia me das, Magdalena...
17 enero, 2008 11:26


merlos dijo...
Gracias "el Zurdo", por tu comentario. Sólo la cuestión del anonimato es la que me intriga, pues pienso que algunos de los anónimos que recibo son preciosos, y sobre todo generosos, y como bien dices con "facultades pensantes y redactoras" y ya me gustaría saber de dónde vienen. Sirva de ejemplo toda una parrafada sobre Lisboa... La verdad es que son valores que también aparecen en los no anónimos, tanto los identificados como por identificar (quién es emyi?). Realmente animan.Tu "no anónimo" también está bien expresado, no es envidia, es que los que participan en los blogs han de ser, si no constructivos, al menos agradables, o divertidos. Saludos.
18 enero, 2008 21:17


rubén dijo...
El mayor problema que tiene la Alhambra es la masificación. Es una desgracia tener que soportar grupos gritando patata para salir en la foto. No se trata de pretender disfrutarla en exclusiva, pero la mayoría de la gente viaja compulsivamente, y le daría igual estar en el Taj Mahal que en Port Aventura. ¿Algún día se pasará la moda del turismo de masas?
19 enero, 2008 05:56

merlos dijo...
Para anónimo: el nombre de esta entrada y la plata de tu metáfora me han llevado a aquel "en brazos de la mujer madura".Para Rubén: La Alhambra es el segundo monumento más visitado de España después de la Sagrada Familia de bcn. Hay zonas casi vacías -no desde luego la de los palacios-, como parte del Generalife, o las rondas. Para los palacios prueba en temporada baja, en las visitas nocturnas. En un par de ocasiones he podido recorrerlos en grupos de 12-15 personas. Además, la iluminación pretende reproducir la original. Merece la pena. Otra opción -no es la Alhambra, pero estás solo, y es muy evocador, es Dar al Horra, el palacio de la madre de Boadbil en el Albaicín, cerca de San Miguel. La foto de la entrada está hecha desde allí, por eso no coincide con las más difundidas desde San Nicolás o el Darro. Lleva muy poco tiempo abierto al público. Tienes razón con eso que llamas "viajes compulsivos", lo mismo que para ver un Velázquez que se muere de risa en El Prado, salvo cuando lo adornan con las "cuatro" obras que nos faltan.
19 enero, 2008 13:06

rubén dijo...
La última vez que estuve en Granada intenté visitar Dar al Horra y estaba cerrado, a pesar de estar en horario de apertura. Lo tengo pendiente para la próxima vez.
19 enero, 2008 16:17

emyi dijo...
Al ver el plano de la planta de la Alhambra se podría pensar que está proyectada en la actualidad: espacios yuxtapuestos e interconectados, multiplicidad de ejes...¿pero esto ya lo hemos hablado alguna vez?Veo que no sabes quien soy. Es muy fácil ya que "emyi" son mis iniciales.
19 enero, 2008 19:50

merlos dijo...
Saludos, emyi, sospecha confirmada. Nunca hemos coincidido en Granada. Cierto que la Alhambra es yuxtaposición, con posibilidad de crecimiento en el plano, una arquitectura y urbanismo abiertos hasta donde permiten, sin embargo, los límites de la muralla (y ésta los de la montaña).
20 enero, 2008 10:15

lunes, 7 de enero de 2008

tierra de campos

Dicen de Otero de Sariegos que está deshabitado.
En realidad de allí sólo se ha ido el hombre.

"En el pueblo, las gentes maldecían de la soledad y ante los nublados, la sequía o la helada negra, blasfemaban y decían: "No se puede vivir en este desierto". El Nini, el chiquillo, sabía ahora que el pueblo no era un desierto y que en cada obrada de sembrado o de baldío alentaban un centenar de seres vivos".

"... aprendió el Nini a relacionar el tiempo con el calendario, el campo con el Santoral y a predecir los días de sol, la llegada de las golondrinas y las heladas tardías. Así aprendió el niño a acechar a los erizos y a los lagartos, y a distinguir un rabilargo de un azulejo, y una zurita de una torcaz".

Miguel Delibes, Las ratas

martes, 1 de enero de 2008

la conquista

Prefiero llamarle Easo, aunque dicen que es nombre prestado.

La he recordado desde ese invierno en Lisboa, donde también es ciudad protagonista.

De nuevo el mar. La juguetona línea de costa pone en apuros el santoral. Santa Clara ha decidido dejarse abrazar por la venera de San Sebastián. Eternamente. Con lluvia y sin lluvia.

Esta podría ser la historia de la conquista…

“El objetivo consistía en adueñarnos de la isla de Santa Clara. Cada cual según su inventiva y capricho se afanaba por embarullar el plan, proponiendo maniobras fabulosas, acechos descabellados y cargas a caballo subidos los unos a la espalda de los otros; en fin, estragos, pillajes y degollinas a semejanza de las narradas en las crónicas españolas del siglo XVI. Al fin prevaleció el designio de caer por sorpresa sobre la isla y apoderarnos del único indígena que suponíamos la habitaba: el farero, a quien apodamos Moctezuma en razón del trato cruel que tramábamos inferirle. Irrumpiríamos a saco en su vivienda y, prendido y aherrojado, le daríamos tormento si no juraba la fe surrealista”.

Fernando Aramburu, Fuegos con limón